Los rostros de los adoradores parecen transformados por el llamado esotérico a la posesión. El gong de los Atabales suena más fuerte. El olor a selva invade el lugar de culto. Crece el canto en lengua lucumí: La ceremonia resuena al son de los “atabales” (pandereta que se toca en https://dominickgbsix.affiliatblogger.com/83137888/the-mejor-bandeja-paisa-madrid-diaries